lunes, 5 de octubre de 2015

LA MEMORIA DE LA AUSENCIA

Cuando me abandona tu regreso
evoco tus besos a cielo abierto...
en esa memoria de la ausencia,
que me da la esperanza en cada verso
escrito con tinta indeleble al olvido.
 
Y cada anochecer para imaginarte de nuevo,
me desvanezco con el destello de tus pupilas,
para derramar las aprisionadas lágrimas
sobre un manojo de llagas desoladas.
 
Después, en el alma, una perpetua espera
con el desaliento aún dormido en la distancia,
donde anidan tus caricias para retener lo pasajero.
 
Entonces, se esfuman los latidos desvanecidos,
entre  los sollozos que se hicieron eternos
con la brisa de tus suspiros susurrados…
 
Y cuando su recuerdo me responde
me desvelo en el ritual de un beso
que termina por despertarla de mi sueño.

Víctor Manuel Gutiérrez Caballero

martes, 13 de enero de 2015

AMARGA DELICIA

No hace falta un sollozo de indiferencia
para desvanecerse en la densa amargura
con ingrávidos desenlaces de rumores
contenidos en la calmada transparencia del sosiego.

El abandonado desconsuelo,
aprisionado en el estimulado tormento,
se sustenta en la oscuridad desvelada…
entre diluidos silencios de efímeras pasiones
que derraman los olvidos del desaliento suspirado.

 
En ese abandono callado en la herida del desvelo
que desvanece tantos sueños encadenados
cuando atesoran los consumados desengaños
abatidos en la soledad de la ausencia.
 

Es cuando la dolosa nostalgia soportada
quiere ausentarse de la esencia debilitada,
para amarrarse a los despojos del desencanto…

con los mismos lamentos de una liviana apetencia
que intenta desamparar el abatimiento de la paciencia
quebrantada por el soplo de una ingrata esperanza.
 

Del dudoso desengaño de los sueños,
el indefinido lamento de la vida desalentada
que se funde en la llama marchita de una ilusión
vestida con retazos de indiferencia.